Un líder en busca de lo imposible

por: Andy Cook Tomado de Sigueme.net

Un lugar de liderazgo es un lugar de honor. Imaginen el honor que significaba que 12 personas fueran elegidas de entre 2 millones.


Al ser elegidos habían sido honrados por toda una vida de trabajo, de integridad, de valor. Conocemos el resto de la historia. Diez fracasaron miserablemente.

Sólo Caleb y Josué liderarían con coraje y convicción. Antes de enfocarnos en el fracaso de unos, analizaremos el honor que significa ser elegido para liderar el pueblo de Dios.

Cuando Pablo explicó las virtudes que debían reunir los diáconos dijo que quienes ejercieran bien el diaconado, ganarían para sí un “grado honroso” (1 Timoteo 3:13). El líder no es exaltado por sobre los creyentes a quienes sirve. Es puesto sólo un peldaño por encima de manera que los demás puedan ver su ejemplo.

El lugar de liderazgo es de alta responsabilidad

Cuando Moisés los mandó a reconocer Canaán, les dijo que observaran cómo era la tierra y sus habitantes. Esa generación del pueblo de Dios nunca había vivido una crisis de liderazgo mayor que la presentada cuando se otorgó a esos hombres la responsabilidad de explorar la tierra, informar y luego desafiar la fe del pueblo.

Dos estuvieron a la altura de las circunstancias, pero diez se doblaron ante el peso de la responsabilidad. Al comienzo todos tuvieron un gesto de valentía. Entraron a una tierra donde vivía el enemigo y corrieron peligros. Los doce regresaron sanos y salvos: habían completado la primera parte del desafío.

La responsabilidad del grupo no se limitaba a hacer una exploración del lugar. Habían sido elegidos para transmitir el mensaje de Dios. Cualquiera sea la tarea que deban realizar, los líderes deben estar bien cimentados en su fe. He allí donde el grupo falló. En lugar de que la fe ocupara un lugar importante en sus informes, diez mostraron temor. Solamente dos transmitieron el desafío de entrar en la tierra.

Un buen líder no deja que los problemas frenen la promesa

La gente escuchó a los diez asustados espías y desechó las palabras de los dos que los exhortaban a encolumnarse en la fe. Entonces, Dios quiso destruirlos a todos. Moisés intercedió ante Dios y en lugar de destruir la nación, Dios sólo destruyó una generación.

Cuarenta años más tarde Josué y Caleb conducirían a los hijos y nietos hacia la tierra prometida. Si va a liderar es mejor que comprenda que siempre habrá piedras en el camino. Moisés lo sintetizó así: Hoy se quejan por el maná; mañana se quejarán por las codornices.

Un día el problema es la sed, el otro, es la idolatría. Los problemas se ven enormes en el momento y diminutos a la distancia. Un líder eficaz no puede permitir que un problema temporal impida alcanzar la meta.

Tener conciencia de la realidad es también una igualdad de líder. Esta condición no limita sus acciones… sus acciones por “fe” van dirigidas a lograr lo imposible.

La mayor cualidad de un líder es la fe

Moisés era manso y firme. Le creyó a Dios y condujo a su pueblo. La biografía de este líder se resume en pocas palabras: era un hombre de fe (Hebreos 11:23-29). Moisés mantuvo su fe a pesar de los desvaríos del pueblo.

Cuando Dios enumeró las quejas dijo que lo habían probado en diez ocasiones (Números 14:22). ¿Cómo es que este pueblo que escapó de Egipto, que caminó por el lecho seco del Mar Rojo y que recibió comida milagrosa dudó que Dios estuviera con ellos? ¿Acaso no habían visto el Tabernáculo y el fuego iluminando la noche? ¿Se habían olvidado de las plagas que, a una orden de Moisés, se desencadenaron en Egipto? La fe es un atributo. La persona que va a liderar al pueblo de Dios no puede hacerlo sin fe.

Cuando atravesemos una crisis, un problema o un desafío, el registro de lo vivido por los israelitas sirve para ayudarnos a recordar qué acción debemos tomar y la gran recompensa que aguarda al líder que logra ejecutarlas.

Liderazgo MVP un lugar para todo lider cristiano.