El titulo de este articulo dice escuche a las personas. ¿Por qué cree que debemos escuchar a las personas? Hay una gran diferencia entre escuchar a las personas y escuchar las palabras. Herb Cohen que es considerado como el mejor negociador del mundo dice: Escuchar con efectividad requiere más que oír las palabras. Es necesario encontrar el sentido y entender lo que se dice. Después de todo, el sentido no está en las palabras sino en las personas. Como he escrito en otras ocasiones el escuchar no era una de mis fortalezas todavía no la considero una fortaleza pero si he mejorado.
Para que podamos entender mejor la diferencia entre escuchar las palabras y escuchar a la persona les contare una anécdota muy sencilla pero precisa. En una ocasión una persona me contaba sobre los problemas que estaba teniendo. Yo estaba escuchando sus palabras pero no tome en cuenta a la persona. Ella estaba siendo muy sincera pero yo le pregunte por su esposo. Ella se levanto muy enojada y me dijo que todos los cristianos eran iguales. Yo me sorprendí. No entendí nada. Al rato le conté a un amigo y él me abrió los ojos, la persona me estaba contando sobre una relación gay.
¿Cuál fue el problema? Definitivamente yo. De hecho considero que perdí una de las oportunidades más grandes que he tenido para poder presentarle a esta persona el plan de salvación. Ella estaba cansada de su relación, quería un consejo y lo buscó en un cristiano. Pero yo no escuche a la persona, escuche las palabras. Ella tome mi comentario como una burla a su situación. Si yo hubiera prestado atención a la persona me hubiera percatado de lo que sucedía. En muchas ocasiones hablamos con personas que nos dicen algo con sus palabras pero su persona dice otra cosa. Debemos escuchar a la persona.
El escuchar correctamente involucra muchos puntos. Pero hoy quisiera tomar en consideración lo que llamo la llave de la comunicación. Por naturaleza todos filtramos nuestros mensajes a través de nuestras experiencias. Este es el mayor problema. Usualmente interpretamos el mensaje basándonos en nuestras experiencias y no tomamos en consideración las experiencias del emisor. La llave es interpretar el mensaje basándonos en las experiencias del emisor. Veamos un ejemplo:
Alguien te está tocando bocina desesperadamente tú te molestas y decides no moverte e ignoras a la persona de atrás. Luego esta se baja del auto y te dice disculpe estoy tocando bocina hace rato pero parece que no me escucha. Es que tiene su cartera en la capota del auto y pudiera perderla.
En la anécdota la persona pudo aclara su intención. Pero en la realidad no muchos tienen la oportunidad de aclarar sus intenciones. Esto se debe a que nos enojamos y nos marchamos con el mensaje incorrecto. Si deseamos ser buenos líderes cristianos debemos evitar que las personas se marchen con el mensaje incorrecto. Debemos escuchar, no solo las palabras debemos escuchar a las personas.
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