Décima lección: El líder no debe sacar ventaja propia de sus relaciones con políticos

por Samuel O. Libert


En América Latina la inestabilidad política no es extraña. En su historia se notan con cierta frecuencia los cambios de gobierno por golpes de estado o movimientos revolucionarios. La actividad de las guerrillas ya no sorprende a nadie. El problema para un líder cristiano es el riesgo de equivocar su estrategia. He predicado en casi todos los países de América Latina, con toda clase de gobiernos. Años atrás, al terminar un programa de televisión en un país que no era el mío, recibí la llamada de un dictador latinoamericano. Me llamó directamente a la estación, un minuto después de haber finalizado mi plática, y me dijo: «Preséntese mañana a las 10 a.m. en el Palacio de Gobierno. Identifíquese ante la guardia, y ellos lo llevarán a mi despacho. Quiero que conversemos personalmente». Como es lógico me presenté a la hora señalada y fui inmediatamente recibido por el Jefe de Estado. Se interesó en mi nacionalidad y origen étnico. Luego me preguntó: «¿Cree usted realmente en lo que dijo ayer por televisión?» Su inquietud era auténtica. Más adelante me dijo: «Comprenda usted que yo no puedo hacerme protestante. Tengo compromisos». Hablamos durante unos quince minutos. Me dijo que a lo largo de su gobierno había sido visitado por religiosos de distintas iglesias: «Me regalan Biblias, rezan y se van. Creo que algunos, no todos, utilizan estas entrevistas para hacerse propaganda». Me pareció que el dictador podía estar equivocado. Los líderes deben ser prudentes. Al despedirnos confesó que le interesaría mantener una buena relación con Dios. Ese había sido el tema de nuestra conversación. El rey Agripa dijo a Pablo: «Por poco me persuades a ser cristiano» (Hch. 26:28). Pero antes Pablo le había dicho que él había sido enviado por Jesús a abrir los ojos de los gentiles «para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios» (v. 18). El apóstol no intentó utilizar la entrevista con el rey Agripa en beneficio propio. Es otra lección importante.



-Publicado en Apuntes Pastorales, Volumen XVII, número 2.