Saliendo del día malo

Por Bernardo Stamateas

Hechos 16:16 -24

Todos pasamos por momentos difíciles. La Biblia no promete un camino de rosas sino que habrá momentos en los que entraremos en el día malo.

El día malo es un período de tiempo inesperado donde parece que todo el infierno se desata.

Por ejemplo, Pablo y sus discípulos llegaron a Europa, predicaron, ganaron gente y una adivina comenzó a perseguirlos dando gritos. Pablo se cansó y echó a los demonios que habían en ella, como consecuencia, toda la atmósfera demoníaca se desató sobre ellos: les arrancaron las ropas, les pegaron y encarcelaron en un lugar de máxima seguridad. De un minuto a otro todo cambió y sin aviso. Satanás suelta rápidamente todos sus misiles y lo que no ocurrió en un año sucede en una semana, entonces decimos: “¡No puede ser, todo junto!” Cuando Jesús estaba en el desierto, Satanás también le tiró con todo y luego lo dejó, porque sabía que su tiempo era breve. Si el infierno cae sobre tu vida es para que no captures la bendición que está viniendo, porque Satanás lo intuye y quiere robártelo. No le importa tanto lo que hemos logrado sino lo que lograremos y nos ataca para que renunciemos a lo venidero.

Todos conocemos gente inconstante, que posterga, que renuncia a seguir con lo que Dios le prometió. En el día malo vendrán consejeros satánicos que dirán: “¿Viste…? Nadie te llamó, nadie te cuidó, nadie estuvo con vos”, “Al final todo es mentira”, “Dios te prometió tanto y no pasa nada”. Se acercarán, como a Job, para que te quedes estancado y renegado. Así les pasó a Pablo y Silas que, después de tener un éxito rotundo como el haber ganado a Lidia y predicado a muchas personas, de un minuto para el otro los pusieron en la cárcel.

En el día malo pasarán cinco cosas:

1- Ganaré gente para Jesucristo.
Lo que más le duele a Satanás es que le saquemos la gente. Según la Biblia, lo que está en juego es la gente que Dios quiere salvar y Satanás destruir.

Pablo y Silas estaban presos y comenzaron a cantar, la cárcel tembló, se cayeron las cadenas, se abrieron las puertas y cuando el carcelero vio todo eso intentó quitarse la vida para salvar a su familia (porque según la ley romana, si un soldado perdía a un prisionero de máxima seguridad moría él o su familia.) Pablo, en medio de la oscuridad, le gritó: “No te mates porque estamos acá”.
-El soldado sorprendido preguntó :”¿Cómo es? ¿Cuando las puertas de la cárcel se abren los presos escapan y ustedes siguen acá?”
-Pablo respondió: “Seguimos acá porque tenemos un propósito”
-El carcelero preguntó: “¿ Qué tengo que hacer para ser salvo?
-Pablo le dijo: “ Cree en Jesucristo y serás salvo tu y toda tu casa. ”
El carcelero los llevó a su casa (en la antigüedad vivían arriba de la cárcel) y vino toda su familia que eran como sesenta personas y cenaron.
En el día malo Pablo ganó sesenta personas para Jesucristo.

Errores que cometemos:

1. No debemos ser fanáticos cuando el otro no lo es.
Antes pensábamos que la gente se ganaba por convencimiento, por reiteración, por insistir y eso hace que la persona se cierre.
¡No es por presión!
Muchos familiares no se convierten porque se sienten presionados por los casetes, las palabras, la música cristiana y, como ellos no son fanáticos, se alejan cada vez más. Podemos ser fanáticos con quienes son como nosotros.

2. No debemos criticar.
A nadie le gusta que lo critiquen y no estamos llamados a criticar, ni pretender cambiar las conductas de otros sino a salvar. La gente no necesita cambiar sus conductas porque la fe no es moralina, necesitan creer en Jesucristo.
La vida cristiana es sobrenatural y nuestro llamado es decir: “ Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo ” y el Espíritu Santo hará la obra.

3. No debemos discutir.
No es por presión sino por revelación. Pablo le dijo al carcelero solamente: “ Cree en Jesús ” y el Espíritu se lo reveló.

Para ganar a la gente, debemos:

1. Captar su necesidad y levantar motivos de oración. Orar y confiar que Dios va a hacer la obra (oímos muchos testimonios de gente sanada por el Señor.)
2. Confrontarla. Habrá gente a la que tendrás que decirle: “¿Qué impide que aceptes a Jesús? ¡Preparate! Los carceleros harán que toda tu familia llegue al Señor.
3. Sembrar una revelación. Sembrá una palabra y esperá que la semilla crezca, entonces la persona conocerá al Señor.
4. Invitar a alguien.
Es una manera de ganar gente.

2- Los errores se cambiarán en éxito.
Dios cambiará las equivocaciones en bendición. Pablo y Silas caminaban y la adivina iba detrás de ellos gritando. Pablo sabía que la chica estaba endemoniada y que no era el momento de sacarle los demonios, pero en un momento se enojó, se los expulsó originando un conflicto tremendo. Hay gente que debe quedar endemoniada hasta el momento oportuno. Cuando Pablo escribió Filipenses no dijo: “El César es un desgraciado” porque habrían matado a todo el pueblo cristiano.
Hay tiempos determinados para ejercer cambios.

Cada vez que me equivoque lo reconoceré, aprenderé y seguiré adelante.

No echar culpas. Reconocer que nos equivocamos, que somos ciento por ciento responsables del error, no derivar responsabilidades.
-¿Quién pecó más Saúl o David? David, porque cometió pecados más terribles pero Dios lo perdonó porque los reconoció diciendo: “ Enfermedad mía es esta ”; en cambio Saúl le echó la culpa a los demás.
-¿Quién pecó más Judas o Pedro? Pedro porque Judas robó tres años y entregó al Señor, pero Pedro pecó sin parar por tres años y medio, y Dios lo perdonó porque lo reconoció.
La Biblia dice: “ El que confiesa sus pecados y los reconoce alcanzará misericordia .”

“El error es un escalón, el éxito es la cima .”

Equivocación significa que aun no llegué a la cima, que caminaré sobre mis errores hasta alcanzar la bendición.

El éxito es la posición, el error la situación.

Que tu situación no sea tu posición. “Soy un fracasado” ¡No! Fracaso es la situación, éxito es tu posición, o sea la cima.
Para los que creemos todas las cosas nos ayudan a bien.

3- Ataré la victoria con mi boca.
Declará victoria en el momento difícil. Orar es declarar y debemos aprender. Satanás nos robó el poder de la declaración.
¡Tengo que hablar mi victoria!
“ Todo lo puedo en Cristo ”, “ Soy más que vencedor ”, “ Vienen días de victoria”, “Saldré de mi cárcel, mis cadenas caerán y el poder de la unción estará sobre mí”, “El que está en mí es mayor que el está en contra de mi, diablo retrocederás ”.

Sin declaración de fe la adoración no tendrá poder.

4- Me pondré de acuerdo.
Unite a gente que añada valor a tu vida, que te enriquezca, con quienes te pongas de acuerdo en tu victoria, oren y declaren que Dios les dará todo lo que pidan.

No te juntes con gente que te robe lo que Dios te dio.

El día malo te alejará de los que parecían estar con vos pero nunca estuvieron. “Parecían” pero no eran, porque en la dificultad descubrís a los que están de acuerdo con vos.
En medio de tu cárcel una persona ungida te bendecirá, orará y celebrará con vos.

5- Después del día malo viene la bendición.
Satanás querrá acallar tu voz. Si estamos tristes o doloridos, en la cárcel, en medio de la oscuridad, sin ganas de hablar, es cuando más debemos hacerlo para sacar la reserva que hay en nuestro corazón.
Un escritor que perdió a toda su familia dijo: “En medio de mi dolor descubrí que Dios había puesto una gracia escondida en mi.”
Es una reserva oculta para los momentos de mayor oscuridad que sale cuando todo el dolor, la muerte y la tristeza aparecen en nuestra vida. Esa es la gracia que nos sostiene, en medio de la cárcel el Señor te dará una canción, una declaración, una adoración que derribarán las cadenas para el tiempo de bendición.

En el tiempo de bendición:
• Seré lavado de todas mis heridas.
Pablo y Silas fueron a la casa del carcelero y lavaron sus heridas. Nunca saldrás dañado sino sanado y con tus heridas lavadas.

• Ganaré almas para el Señor.
Ganaron a toda la familia del carcelero. Para vengarte del diablo, ganá gente para Cristo.
Pablo le dijo: “ Cree en Jesucristo. ”
No queremos que la gente se haga evangélica sino que vean al que murió y resucitó por todos.

3. Habrá gozo ilimitado porque la justicia divina.
Después los soldados fueron a sacarlos de allí y Pablo les dijo: “ Somos ciudadanos romanos .” En ese tiempo estaba prohibido que un ciudadano romano le pegara a otro, entonces al oír lo declarado por Pablo se asustaron.
Dios tiene un as en la manga que usará en el momento preciso, un recurso que el diablo no conoce y será para ganar la partida. Y salieron custodiados por los mismos soldados que los habían encarcelado.

Dante Gebel me dijo: “Cuando compramos una lata de tomates elegimos una linda lata, con una buena etiqueta, que llame la atención, pero cuando la abrimos, comemos el tomate y la lata la tiramos, por más linda que sea. Los cristianos somos como esa lata, Dios nos adorna, embellece para que la gente llegue a Jesús pero no es para guardarse la alta sino para comer al Señor que está dentro nuestro.”
Durante muchos años fuimos latas feas, hicimos de Satanás algo estúpido porque no está en las pavadas sino en grandes maldades y somos los únicos con una palabra para sanar.

Tenemos el mejor producto: la Palabra de vida

Un carcelero está por matarse y tenemos la respuesta: “ Cree en Jesucristo ”.



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