Las seis cosas que NO debe hacer si quiere generar compromiso y lograr resultados en su equipo.

Por Alejandro Delobelle

La mayoría de los libros que todos leemos nos dicen qué es lo que hay que hacer para que los empleados se agrupen en proyectos y lleguen a formar un “high performance team”. Sin embargo, no abundan aquellos textos que, en base a experiencias, estimulen al lector con un “case” (caso testigo) breve que despierte la atención y provoque una reflexión generadora de algún tipo de cambio.

Y todos sabemos que de la comparación y las polaridades también se aprende. Es por eso que, desde mi experiencia como coach y facilitador, me despego de mi visión positiva por un momento y les propongo que lean con atención estos seis puntos y reflexionen en cuanto a la medida en la que ustedes “cumplen al pie de la letra esto que NO hay que hacer”, para luego tomar las acciones correctivas que crean necesarias.

Cada uno de los seis puntos, como sus consecuencias, los he observado personalmente y he sido testigo del daño profundo que generan en el tejido organizacional, la confianza y los vínculos, aunque no siempre sea visible a corto plazo. No son los únicos puntos de observación, pero sirven para iniciar la reflexión.

1. Asigne tareas, responsabilidad o proyectos y no se moleste luego en dedicar un tiempo para agradecer, analizar y dar feedback a la gente, sus reportes o trabajos entregados...


Hágalo. Y ¿sabe lo que la gente dirá por lo bajo?

“¿Qué sentido tiene dedicarle tiempo a este trabajo si nunca lo ve?”. “Nunca termino sabiendo si lo que le hice le gustó o cumplió sus expectativas”. “No tuve tiempo de explicarle por qué puse lo que puse; sólo se lo pude comentar en cinco minutos mientras salía”. “La próxima vez ya sé hasta qué punto comprometerme con el equipo”.

2. Haga el lanzamiento formal del proyecto juntando y mezclando, en una sala de reuniones u oficina, tanto a quienes tendrán una importante responsabilidad en el proyecto como a los típicos colaboradores que siempre están...

Hágalo. Y ¿sabe lo que pasará?

Por un lado faltará gente clave en el proyecto, es decir, aquellos que no fueron contactados oportunamente para estar en esa reunión porque fue todo improvisado o a las apuradas; por otro lado habrá gente que sentirá que pierde el tiempo, que no tiene nada por brindar y que sólo está “asistiendo” al lanzamiento de otro proyecto destinado a quedar a la deriva.

3. No se asegure de que todos entiendan bien qué es lo que tienen que hacer y, sobre todo, deje librado al azar la razón por la cual (el “por qué”) sería bueno que lo hicieran...

Hágalo. Y sabe ¿qué clase de resultado conseguirá?

En la reunión donde se presenten las propuestas se sentirá en el aire que todo lo presentado no termina de alinearse con lo que quiere el Gerente. Se empezará a vislumbrar un malentendido en cuanto al alcance del proyecto. En el afán de comenzar a cuidar la propia silueta, la gente comenzará a disparar a mansalva, hiriendo verbalmente a otros y tratando de quedar lo mejor parado posible.

4. Aunque usted sepa bien claro qué es lo que quiere, no lo exprese abiertamente, cállese y deje que el grupo infiera, interprete y deduzca lo que usted como Gerente piensa y pretende de ese proyecto...

Hágalo. Y ¿sabe cuántos tipos de presunciones harán?

Podría contar si quisiera, una a una, las distintas interpretaciones que hará cada persona, las cuales tendrán obviamente un sesgo importante hacia el área en la cual cada uno se desempeñe. Verá gente que tratará de hacer preguntas para dilucidar, de alguna manera, lo que usted quería lograr cuando los convocó y hasta por qué lo hizo.

5. Insinúe (o deje entrever) que el anteproyecto, charter o prototipo del grupo nunca será tan bueno como usted lo hubiera hecho personalmente...

¿Sabe qué nivel de compromiso alcanzará?

Muy bajo; será compromiso sólo hacia sí mismos. Comenzará un proceso de “rotación espiritual”, donde el foco sale del proyecto y se instala en la necesidad de cuidarse, de no arriesgarse y de hacer las cosas lo más parecidas a lo que el Gerente quiere.

6. Cambie las prioridades y los equipos de un momento a otro; despida en el ínterin a algún referente de los equipos del proyecto o desentiéndase del avance del proyecto...

¿Sabe que tipo de sensación estará creando en su equipo?

Incertidumbre. Conciencia de falta de planificación. Riesgo de “el próximo soy yo”. Sensación de que nada es tan estratégico ni importante como parece.

¿Se reflejó en alguno de ellos? Tranquilo, a todos nos puede pasar. Pero sería bueno que considere hacer algo al respecto.

En la siguiente entrega comentaré distintos “antídotos” a estas seis “infecciones” que suceden o se reiteran sin distinción, en Pymes o multinacionales. Les comentaré cómo hacen aquellos gerentes o líderes que, a través del ejemplo, crean continuamente un entorno inspirador que da sentido a la tarea de sus colaboradores, influyendo así en sus resultados.

Trabajaré con “casos virtuales” que pertenecen a la realidad de las organizaciones pero, sin embargo, no describen a ninguna en particular. La idea es permitirles ingresar anónimamente y en forma express a aquello que pasa puertas adentro de las empresas y va construyendo, rápida o lentamente, su cultura.

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Sin Limites

Sea una mente a través de la cual Cristo piensa; un corazón a través del cual Cristo ama; una voz a través de la cual Cristo habla; y una mano a través de la cual Cristo ayuda. Si en realidad quiere defender lo que cree, vívalo.
Rush Limbaugh, que es anfitrión conservador de programas de radio, tiene un nombre fantástico para su extravagante colección de corbatas: Sin límites. Qué lema tan bueno para adoptarlo para nuestras vidas.

Salga de su zona de comodidad. Sea como David. Encuentre a un gigante, y decapítelo. Siempre busque un obstáculo lo suficientemente grande para que tenga importancia cuando lo venza. Hasta que usted no se dé a una causa grande, en realidad no podrá comenzar a vivir en plenitud.

Henry Miller comentó: «El hombre que busca la seguridad, aun en su mente, es como el hombre que se amputaría sus miembros para tener miembros artificiales que nunca más le dieran problemas o dolor». Nada significante es logrado jamás por una persona realista.

La tradición no ofrece esperanza alguna para el presente y no hace preparativos para el futuro. Día por día, año por año, expanda su horizonte. Russell Davenport observó: «El progreso en todas las épocas resulta solo del hecho de que hay algunos hombres y mujeres que se rehúsan a creer que lo que saben que es correcto no puede hacerse». Sepa las reglas, luego rompa algunas. No se quede dentro de los límites.

Melvin Evans dijo: «Los hombres que construyen el futuro son los que saben que las cosas más grandes todavía no han sucedido, y que ellos mismos las van a hacer suceder. Sus mentes están iluminadas por el resplandeciente sol de la esperanza. Nunca se detienen para dudar. No tienen tiempo para eso».

Involúcrese en algo más grande que usted. Dios todavía no ha tenido a una persona calificada para trabajar para Él. «Nosotros somos el filamento; Dios es la corriente. Nuestro único poder es dejar que la corriente pase a través del filamento» (Carlo Carretto).

Sea una mente a través de la cual Cristo piensa; un corazón a través del cual Cristo ama; una voz a través de la cual Cristo habla; y una mano a través de la cual Cristo ayuda. Si en realidad quiere defender lo que cree, vívalo.

Dorthea Brand declaró: «Todo lo que es necesario para romper el hechizo de la inercia y de la frustración es esto: actúe como si fuera imposible fracasar». Haga un giro de ciento ochenta grados que lo lleve del fracaso al éxito. Tenga presente esta fórmula: Siempre actúe como si fuera imposible fracasar. Uno de los placeres más grandes que puede encontrar es hacer lo que la gente dice que usted no puede hacer.

Extracto tomado del libro "Conquiste a un enemigo llamado promedio" por John Mason

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